“Aléjate del mal e intenta acercarte al bien”
Publicado en Febrero 14, 2010 a las 11:21 pm
Pregunta: ¿Por qué no cesan las desgracias cuando uno entiende la causa de las desgracias?
Respuesta: ¡Significa que todavía no hay entendimiento! El entendimiento es el conocimiento de la causa y de la fuente de dónde proceden los golpes, es decir de mi egoísmo. ¿Por qué me llegan las desgracias? ¡Porque soy opuesto al Creador!
Y lo que tengo que hacer es exigir la Luz Circundante, para obtener con su ayuda la cualidad del otorgamiento y conseguir la conexión con el Creador, esto es mi principal propósito.
Significa que tengo que pasar por unas cuantas etapas. Diez Sefirot de Luz Directa producen en nosotros las diez Sefirot de Luz Reflejada, que son percibidas por dolor, empezando por Maljut, la primera.
Cuando me llega la luz de arriba y golpea a Maljut después de las primeras 9 Sefirot, siento el pinchazo, el golpe, el mal. Y este mal tendré que convertirlo después en una correcta reacción, en las 9 Sefirot de Luz Reflejada. O sea, tengo que comprender que este mal no me vino del Creador, sino que de mi deseo egoísta, opuesto a Él. ¿Pero por qué soy opuesto a Él, acaso no es Él que me creó así?
Tengo que comprender por qué Él me creó así, y qué tengo que hacer con mi naturaleza: elevarme por encima de mi egoísmo, unirme con los demás, alcanzar la forma de Bina, es decir, subir de Maljut a Bina. ¿Para qué? Para obtener la cualidad del otorgamiento en forma completa, para que Maljut se incluya en Bina y desaparezca en ella. De este modo, la cualidad del otorgamiento puede influir sobre mí, para que me encuentre en ella en forma completa.
¡Pero esto no es todo! Después de esto hay que subir todavía más alto, de Bina a Keter, para alcanzar la recepción para el otorgamiento, hasta fundirme completamente con el Creador. ¡En esto consiste la meta! Y por eso ahora recibo el primer golpe en Maljut, que siento como dolor, para que pueda alcanzar Keter.
Todo este proceso tiene que pasar en mí, a través de mi propia decisión: en Maljut de la Luz Directa, o sea, en Keter de la Luz Reflejada, como aspiración de la creación hacia el Creador. Tengo que aclarar todo este proceso, reconocerlo, tomar la decisión y dejar que aparezca en mí la plegaria: “¡dame la fuerza para pedir!” Porque no tengo ni esto….
(Extracto de la lección nocturna sobre El libro del Zóhar, correspondiente al 10 de febrero 2010)
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