miércoles, 31 de marzo de 2010

La huida de sí mismo al otro

Publicado en Marzo 31, 2010 a las 1:20 am
¿Qué significa la huida de sí mismo, de su Egipto? Agarro todo lo que puedo llevar y corro para escapar.

¿Pero adónde correr si a mí alrededor está la oscuridad total de Egipto? Estoy encadenado dentro de mi deseo, ¿a dónde puedo huir? ¿Acaso tengo algo excepto esto?

Estoy huyendo de mis deseos al deseo del prójimo. ¡Esto se denomina el exilio de la esclavitud de Egipto! Siento tanta presión que no tengo otra opción.

Y no puedo hacer esto por mí mismo, pero debo aspirar a ello. De otra manera, no tengo ninguna posibilidad de salir.

El hombre toma todas las vasijas de los egipcios y, por la noche, en la oscuridad, huye de Egipto. ¿A dónde puede huir si a su alrededor está la oscuridad?

El próximo estado también está oscuro, pero él siente que este estado está más cerca a la libertad. Incluso ahora odio a los demás y no estoy conectado con ellos, pero sé que el próximo estado es más avanzado.

Es decir que salgo de mis deseos a los deseos del prójimo hasta cuanto yo sea capaz. Simplemente huyo.

Pero tampoco veo la Luz en los deseos del prójimo. Debo mostrar mi preparación para salir en ellos, a pesar de la oscuridad.

Alcanzo al Mar Final y estoy listo para saltar, porque veo que detrás ya no me luce nada y no puedo quedarme más en mi ego.

Estoy dispuesto a matarlo con el fin de salir a los deseos comunes, a los deseos del prójimo. Que yo no reciba nada para mí mismo, pero veo que allí está el próximo peldaño, el peldaño espiritual.

El hombre entiende que los deseos externos de las otras personas es un peldaño más alto en relación con sus propios deseos internos.

(Extracto de la lección sobre el libro del Zóhar, correspondiente al 29 de marzo 2010).

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