Publicado en Abril 11, 2010 a las 7:27 am
Si el hombre asciende por encima de sí mismo y empieza a sentir que la unión con las otras personas es más importante para él que todo lo que le pasa a sí mismo, entonces se acerca más a la Fuerza Superior. De este modo, recibe la cualidad de otorgamiento, lishma.
En esta cualidad de otorgamiento, empieza a sentir la realidad superior. Como si encendiesen la luz delante de él y empezara a ver lo que tiene delante.
¡Como si hubiese estado perdido en medio de un campo oscuro sin poder ver ni entender nada y de repente hallara la cualidad de otorgamiento que enciende la Luz, y le capacita para ver en que realidad y en que mundo está!
Todo es debido al uso correcto de todos los ejercicios que le puso el Creador. Prefirió salir fuera de sí mismo para unirse interior y espiritualmente con su entorno, en lugar de quedarse encerrado en sí mismo.
De este modo, halla la cualidad de otorgamiento en lugar de la cualidad de recepción. Y en esta cualidad, en la Luz de amor (Jassadim), enciende la Luz y ve la verdadera realidad.
Pero por ahora sólo nos vemos a nosotros mismos. El libro del Zóhar habla de que nuestros ojos están fijados en nuestro interior y no vemos lo que está pasando fuera. De este modo funcionan todos nuestros órganos sensoriales. Y por eso, no vemos la verdadera realidad.
¡Toda la Torá está predestinada a revelarnos éste mundo exterior (el mundo espiritual) y ponernos en él como si viviéramos y actuaramos activamente en el mismo! Esto se denomina la Torá lishma, la que estudian para lograr la cualidad del otorgamiento, la fe por encima del conocimiento.
La fe es Bina, y “por encima del conocimiento” significa por encima de Maljut. Cuando Bina se establece por encima de Maljut y ésta se une con ella, podemos revelar la Realidad Superior de esta manera.
(Extracto de la lección según el artículo del libro Shamati, correspondiente al 09 de abril 2010)
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