Publicado en Abril 21, 2010 a las 2:58 am
No se sabe cuánto se requiere a trabajar todavía para ver el mundo nuevo y corregido realmente.
Pero se puede ver los resultados de nuestro trabajo en la medida en que se despierta el pueblo.
Como resultado de este despertar, deben ocurrir algunos grandes cambios cualitativos. Las personas comenzarán a sentir la realidad espiritual.
Para esto tenemos que alcanzar una potencia que se llama “seiscientas mil almas”.
Se requiere alcanzar esta potencia según la dimensión y la fuerza, es decir, según la cantidad de personas que aspiran a la meta espiritual y según la fuerza de su comprensión, la conexión entre ellos, la importancia que ellos sienten al respecto.
Tan pronto como alcanzemos tal potencia de “seiscientas mil almas”, se revelará el mundo espiritual ante nosotros.
La meta de la difusión de la Cabalá consiste en juntar en este movimiento a esas personas para poder alcanzar “la primera parada” en el mundo espiritual, que es el descubrimiento espiritual.
Cuando nos unamos entre nosotros con esa fuerza y en esa cantidad, entonces la cantidad multiplicada por la cualidad dé la potencia necesaria (P=U x I, la potencia es igual a la tensión multiplicada por la intensidad de la corriente), surgirá la vasija espiritual P, en la cual puede revelarse el Creador.
Y entonces todos, quienes participan en esta vasija común, sentirán el descubrimiento de lo espiritual. Esto se llama el descubrimiento del Creador a la creación.
Esto depende sólo de la importancia que le damos a lo espiritual respecto a lo material.
Ya estamos construyendo esta vasija común del descubrimiento del Creador. Sin embargo, hasta que no la terminemos, no podremos revelarla.
Esta vasija se manifestará en nuestras sensaciones con el Creador en ella.
(Extracto de la lección sobre el artículo Prefacio al libro del Zóhar, correspondiente al 20 de abril 2010).
miércoles, 21 de abril de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario