Publicado en Abril 6, 2010 a las 12:41 am
El “día” no es cuando hay luz del sol, sino cuando al hombre se le revela la Luz espiritual. Esto puede suceder una vez durante varios meses, o una vez durante la vida, o cada segundo.
Y cada vez que el hombre llega a la revelación, ésta debe ser plena y absoluta. Por eso, el hombre debe decir: “¡Escucha, Israel: el Creador es nuestro Dios, el Creador es Uno!”
Esto significa que él logró “Uno”, es decir, la percepción de la Una Única Fuerza de la Naturaleza.
“Escucha” significa el peldaño de Bina (el oído, la oreja). “Isra-El” significa uno que aspira “directo al Creador”. Maljut, que asciende a ZA y junto con él asciende a Bina, es “el Creador es nuestro Dios, el Creador es Uno”, es decir, que todo se une en Bina en un todo único.
Las almas que se unieron en Maljut, se unen con ZA, después con Bina, y todos juntos se adhieren en la palabra “Uno”.
La palabra “Uno” resume todas las correcciones que hizo el hombre llegando a la conclusión “Él y su revelación es uno” (Hu ve shmo ejad). Por eso, el rezo “¡Escucha, Israel: el Creador es nuestro Dios, el Creador es Uno!” es una señal de la corrección del peldaño y del llenado.
De este modo, debemos revelar nuestro estado en cada peldaño, cada “día”. “Decir” significa no simplemente revelar, sino también poder expresar lo revelado.
(Extracto de la preparación a la lección sobre el libro del Zóhar, correspondiente al 04 de abril 2010).
miércoles, 7 de abril de 2010
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